Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Madreselvas

Ella tenía en sus manos un poemario y trataba de leerle dulcemente, como si la acunara entre sus brazos, de manera que al mismo tiempo la luz del sol por la mañana entraba tímidamente en la habitación. Leía, leía...,
quizás con la esperanza de que la escuchara, de que aquellos ojos esmeraldas fijaran su mirada en ella y le sonriera. Quiso que las paredes desaparecieran; el ventanal; la puerta gris. Una ingravidez ocupó    el espacio vacío y el tiovivo comenzó a girar y volvió a sonreír, porque las niñas cada una en su caballito llevaban nubes de algodón y ambas calzaban merceditas blancas con calcetines bordados. Entonces el tiempo pasado se hizo presente... 

12 comentarios:

  1. "...Y volvió de sus sueños a la realidad y se encontró con que el libro de poemas ya no estaba en sus manos y la vida la rodeaba totalmente..."
    Un abrazo en la noche.

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  2. Bien está todo aquello que nos haga soñar,y para soñar nada mejor que la nostalgia que encierran tus letra.
    Abracitos María.

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  3. SIEMPRE QUE LEEMOS EN ALTO ESPERAMOS QUE ALGUIEN SUEÑE.

    ILDUARA

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  4. Me sugiere dos hermanas que han jugado juntas en el tiovivo, que han compartido travesuras y complicidades en el pasado y que lo reviven en un momento crítico, con la lectura de poemas.Es el poder que tiene la poesía de sacarnos de la dificultad y hacernos soñar.

    Muy emotivo y delicado, María.

    Un abrazo.

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    Respuestas
    1. Así es Fanny. Inmenso placer y agradecimiento de verte aqui.

      Abrazos.

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  5. Un golpe de nostalgia...una luz de memoria de una grata recordación de una hija o hijas condenadas a la muerte, hoy redivivas...por el amor de la saudade...Un abrazo. carlos

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  6. Gracias siempre mi querido Carlos...

    Un abrazo.

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